La macroestafa del SIDA

Luis Carlos Campos es el periodista español del tipo llamado “contraperiodismo” que sigue la línea de este sitio web, intentando desenmascarar los abundantes mitos y especialmente fraudes científicos con que se mantiene el elevado nivel de neurosis de la población para impulsar oscuras agendas políticas. Una máxima que debería estar en un cartel de gran tamaño en todas las escuelas del mundo es la pronunciada en la década de 1920 por el genial contraperiodista norteamericano H. L. Mencken:
“Toda la meta de la práctica política es mantener al populacho alarmado, y por ello clamoroso para ser conducido a la seguridad, amenazándolo con una interminable serie de fantasías, todas ellas imaginarias.La incitación urgente para salvar a la humanidad es casi siempre una falsa fachada para el ansia de dominarlo.”
El libro de Campos no puede despertar polémica porque después de leer la monumen-tal cantidad de estudios científicos que desmienten la relación entre el presunto virus VIH y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), y las declaraciones de no-tables y respetados Premios Nobel de química y medicina, la polémica no podría hallar una puerta de ingreso.Y digo “presunto virus” porque hasta hoy no hay fotografías de microscopio electró-nico mostrando su poco fotogénico rostro, lo que lo convierte en un virus especial-mente tímido. Abundan, eso sí, coloridos dibujos de cómo debería verse el virus, y algunas fotos que demostraron ser un fraude muy burdo.Me sorprendió agradablemente ver entre sus agradecimientos a decenas de científi-cos a quienes Campos entrevistó para el libro, una mención a “Eduardo Ferreyra, de la FAEC (Fundación Argentina de Ecología Científica)”, y la inclusión de una fotografía mía (la que uso como “avatar” en los comentarios al pie de estas páginas), mencio-nado un comentario que le hice allá por 2005 en el intercambio de información que hacemos regularmente. En la página 104 repite lo que le decía hace más de cuatro años:
“Algo que jamás me convenció fue la tontería de que el uso del preser-vativo ayuda a no contagiarse del HIV,” –nos comenta el crack Eduardo Ferreyra, Presidente de FAEC, una de las principales organizaciones que denuncian los grandes fraudes científicos. “Los poros del látex de los preservativos tienen unos 18 micrones de diámetro, algo así como 1.000 veces más grande que el tamaño de un virus filtrable como el HIV. Entre otras cosas, las mismas fábricas de preservativos admiten que para las enfermedades venéreas comunes-como la gonorrea y la sífilis- el pre-servativo tiene apenas un 18% de de éxito par el alto grado de roturas que se observa.”
Hacer una revisión exhaustiva del libro la Macroestafa del Sida requeriría de varias páginas en este sitio, y probablemente haga una serie de artículos comentando los capítulos más importantes de esta obra que considero, como se lo dije a Campos cuando me envió por correo su libro dedicado y autografiado, "El libro ha quedado fantástico. Es una obra monumental de periodismo contemporáneo."
El índice de la obra consta de 7 capítulos y 3 apéndices, además de un glosario, un “dramatis personae” y una impresionante bibliografía de un promedio de 120 referencias por capítulo, con 288 referencias científicas en el último capítulo.
Mi única crítica al libro es en el estilo vehemente en que va presentando los ejemplos que apoyan su tesis –que no es original suya, por cierto- y que será criticado por los detractores que seguramente aparecerán. Con seguridad el intento de refutación del libro no se basará en la presentación de pruebas concluyentes, aún ausentes del debate, sino en el clásico “asesinato del personaje”, donde se asociará a Campos con las organizaciones “conspiranoides”, los creyentes en OVNIS y extraterrestres, seguramente no faltará que lo conecten con las petrolera y las tabaca-leras, o algunos de los demás demonios que pueblan los sueños de los vendedores de Apocalipsis.Luis Carlos Campos es también el autor en 2005 del excelente libro Calor Glacial, donde ingresa al debate del “calentamiento global/cambio climático” proporcionando información valiosa sobre los estudios y declaraciones de la escuela rusa de astrónomos y climatólogos que no han tenido mucha difusión en los grandes medios de occidente –pero que sirvieron para retrasar la ratificación de Rusia del Tratado de Kioto hasta poco antes de la COP14, de Buenos Aires. Cuando Putin ratificó el tratado lo hizo en contra de sus consejeros científicos y la opinión de su Academia Nacional de Ciencias. La ratificación fue a cambio de un tratamiento especial para su ingreso a la OCED (Organización de Cooperación Económica y Desarrollo), que finalmente no se concretó porque los países del G7 de occidente rara veza cumplen con sus compromisos para con el resto del mundo.Con honestidad periodística y personal, Campos reconoce que su capítulo sobre el fraude de la Capa de Ozono fue inspirado y se basó en el capítulo 2, “El Fraude del Ozono” de mi libro “Ecología: Mitos y Fraudes”, disponible desde 2001 en la web, en versiones html y pdf, actualizadas a 2006.Quienes tengan interés en leer el libro de Luis Carlos Campos, pueden adquirirlo en Internet siguiendo las instruc-ciones y opciones que publica en su blog personal, “Contraperiodismo Mátrix”:

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